miércoles, 30 de junio de 2010

Los roles del Estado y las Comunicaciones

Históricamente, el Estado se encargaba de la reproducción ideológica y social, el mercado (la economía) era quien se encargaba de la reproducción del capital pero en los últimos tiempos esto se fue cambiando y modificando. Las cuestiones políticas que tomaba el Estado fueron en tiempos anteriores con un sólo objetivo, el de establecer un equilibrio entre los intereses económicos y los intereses sociales colectivos. Pero hoy en día, el Estado fue dando mayor importancia a crear políticas en cada uno de los aspectos de gobierno como así en el área de la comunicación, con mayor peso en los mercados. Es así como el mercado so sólo pasó a encargarse de la reproducción del capital sino también de lo ideológico y lo social. No es que la regulación estatal desapareció, sino que sus objetivos hicieron cambiar los mecanismos de regulación. Se sabe que no existiría mercado sin un Estado regulador, porque es en definitiva es el Estado quien determina y establece las normativas que favorezcan una amplia circulación mercantil. Con respecto a la comunicación: la mercantilización ha ido transformando a la comunicación en una mercancía más. Esta nueva relación entre la comunicación y lo económico contempla tres características a destacar: 1) la mercantilización de lo cultural incorpora un tipo de trabajo creativo, es un trabajo único que posee su unicidad y en el cual no se puede fijar un salario; 2) la renovación constante de los bienes culturales, ya que una vez consumidos dejan de ser novedad y por lo tanto se debe producir bienes culturales constantemente; 3) la demanda de los bienes culturales es incierta. Ante la presentación en el mercado de un bien cultural, no se conoce de ante mano como funcionará el consumo de ese bien, es decir la incertidumbre si va a ser aceptado o no. Toda producción cultural, por lo tanto es variable, incierta e inestable. Se parte de un costo fijo, de una cierta cantidad de producción pero se desconoce su futuro. Por ello, para que esto funcione en términos económicos es necesario un gran incremento del consumo. Con respecto a la desregulación en la comunicación, en realidad se debería hablar de re-regulación, ya que desregulación implicaría quitar la regulación a lo que ya está regulado. A partir d la convergencia (que es el proceso por el cual sectores que se encontraban aislados o separados se unen) y a partir de los ´80 con la llegada de la informatización y posteriormente la digitalización, sectores como las telecomunicaciones y lo audiovisual han unido cada vez más sus caminos reforzando sus lazos mediante la codificación que proporciona la digitalización, en donde todo forma parte de un mismo sistema, permitiendo entre otras cosas la máxima rapidez en el envió y en la llegada de información sin que se perjudique la calidad. Pero vale aclarar que cada ámbito de la comunicación se diferencia en la simbolización social y por ende, existen diferencias en cuanto a la regulación, contenido, mercado sentido de intercambio y finalización de ambos sectores. Pero más aún cuando a partir de los ´80 y a nivel internacional lo económico va encerrando toda posibilidad de comunicación, acaparándola para su campo. Si cada uno de los puntos claves de comercio se aplicarían a la comunicación y a toda producción cultural, el desafío que presentaría sería el de subsistir con carácter autónomo, como un campo específico y concerniente a la producción de valores simbólicos. El libre acceso de contenidos, el trato de empresas privadas y extranjera como si fueran nacionales (y que si bien en términos económicos permiten una economía fuerte entre Estados) en la comunicación destruiría toda limitación con respecto a la producción y protección de lo nacional y se perderían los incentivos que surgen de la comunicación para la industria cultural. Las empresas transnacionales de comunicación desintegrarían a las empresas nacionales y la concentración de medios en pocas manos sería cada vez mayor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario