La conglomeración hace que distintos sectores de la comunicación se reunan (ej.: las telecomunicaciones, lo audiovisual), esto a su vez favorece y agranda la concentración y el surgimiento de grupos dominantes por sobre otros. En términos de conservación (que es el proceso mediante el cual unos pocos dominan más) existe un dilema entre dos factores: 1) La eficiencia económica, que es la manera de producir con mayor satisfacción con el meno gasto posible; 2) El pluralismo, que se vincula a la pluralidad de ideas y la importancia del valor simbólico que está alejado de toda connotación económica. Pero es el primer factor el que proporciona que las empresas de la comunicación crezcan a niveles muy altos transformándose en transnacionales y que, mediante la aceptación estatal, puedan arribar a distintos países trayendo sus contenidos e imponiendo sus propios y "extranjeros" significados culturales, convertirse en propietarias de las empresas de medios nacionales y proporcionar el derrumbe de las economías a las empresas locales. Por estas cuestiones, las empresas nacionales de medios, con gritos desesperados y en vísperas de su caducación claman ante el Estado para que éste le permita unirse y formar concentración con otras empresas nacionales de medios o relacionados a ellos, con el objetivo de adquirir el poder suficiente para no sucumbir. Ahora bien, si el Estado atiende afirmativamente a la petición deberá contemplar y tener presente que este tipo de concentración no sólo les permitirá a las empresas de medios crecer en tamaño sino también en relación a la capacidad política, ya que se hará menos manejable si estas concentraciones se definan a sí mismas como las "portadoras" de la bandera de la opinión pública.
En contra posición, las empresas que obtengan esto, serán capaces de generar políticas anti-competitivas para que otras empresas no puedan entrar en el mercado y para que su dominio permanezca. Existen dos tipo de políticas anti-competitivas generales que son: 1) El establecer precios predatorios, es decir, que estas empresas al ser tan grandes pueden definir precios más bajos que los que establecen las empresas más pequeñas a lo que lleva que éstas últimas salgan del mercado; 2) El generar lo que se denomina como "cuello de botella", es decir, mediante la cooptación del Estado las empresas dominantes presionen para que desde el Estado se establezcan políticas concretas de medios que favorezcan a las que ya dominan e impidan la aparición de otras en lugares y ámbitos ya dominados.
Existen diferente formas de concentración. 1) Concentración Horizontal: cuando una empresa amplía su mercado en el mismo mercado del cual ya forma parte; 2) Concentración Vertical: cuando una empresa, una vez que tiene el control y dominio del mercado, vuelve en escala de valores de producción para atrás, generando una baja importante en los insumos de producción permitiendo así que halla un fluir permanente de contenidos; 3) Concentración Conglomeral: cuando una empresa se interesa por otros grupos empresariales pertenecientes a otro rubro pero en la cual ella ya está inmersa y la compra con el objetivo de no sólo permanecer con el dominio del mercado que ya tiene sino que con un mismo recurso (generado por la sinergia) pueda dominar a otros. Es preciso mencionar que ante todas estás formas de concentración el Estado posee y puede poner en ejecución mecanismos de regulación que atienden a cuestiones vinculadas con el pluralismo y que establecen límites de dominio, como ser: 1) Limitar la cantidad de veces que se les otorga las licencias para el manejo de medios; 2) Limitar y establecer el porcentaje de dominación del mercado; 3) Ayudar económicamente a empresas pequeñas para que produzcan contenidos, cosa que por s´solas no podrían, generando y manteniendo una diversidad de contenidos; 4)La modificación de normas, reglamentos y leyes con las cuales se vinculen a los medios; 5)El establecimiento, mediante un consejo regulatorio el estudio específico de caso por caso.
Sobre Comunicación y Política de Comunicación
miércoles, 7 de julio de 2010
lunes, 5 de julio de 2010
Políticas Nacionales de Comunicación
A partir de los años ´60 y ´70 surge la idea de consolidar y establecer Políticas Nacionales de Comunicación. Los teóricos en comunicación crítica venían denunciando el tratramiento desparejo que, a nivel internacional, ocurría en relación a estas políticas por lo cual establecen dos niveles de denuncia; 1)Concentración: esta clase de denuncia está vinculada con que un solo sector geográfico del planeta tenía bajo su dominio la concentración de la comunicación en relación a los avances tecnológicos, el desarrollo de los medios y el gran capital económico; 2)Dependencia: vinculada a los países que no poseían dichas concentraciones de la comunicación (entre los que se encontraban los países de América Latina, Europa de este y la mayor parte de los países asiáticos y africanos). Para poder producir y desarrollar le comunicación en los medios, estos países debían importar tanto la tecnología como así también los contenidos. A apartir de estas denuncias se entiende la necesidad de conformar y desarrollar las Políticas Nacionales de Comunicación o PNC, entendiendo a estas como a un conjunto reglado de normas que regulan los sistemas comunicacionales de cada país. Pero a esta definición le falta agregar ciertos aspectos importantes que se vinculan directamente con las PNC al definirlas, es así que en la necesidad de establecer una conceptualización más acabada del término, en 1976 se realiza la Conferencia Intergubernamental de Comunicación en Costa Rica (siendo de carácter internacional). Es allí donde se le incorpora a la anterior definición de PNC el rol y el tipo de intervención que el Estado debería cumplir a la hora de crearlas. También se les incorpora tres aspectos importantes a tener en cuanta en toda PNC que son: A) Acceso, B) Participación y C) Servicio Público. Estos tres aspectos producen un cambio del rol del Estado pasando de una etapa formalista a una etapa contenidista, permitiendo una vinculación por parte del Estado mucho mayor con las PNC.
A) Acceso: tiene que ver no sólo con el acceso a los medios sino también con el grado de interacción que se pude tener con el servicio, es decir, a que halla una diversidad de opiniones para poder elegir con libertad. También el acceso se lo vincula con el campo legal de la cuestión en el sentido de bajo que condiciones quienes son los que pueden acceder o no a los servicios.
B) Participación: se relaciona con la participación que cada uno tiene con el servicio y donde el ciudadano no sea ya no sea visto solo como un objeto pasivo de los medios sino como un sujeto participante. Existen tres niveles de participación: 1- la autogestión; 2- la participación en la elaboración del mensaje, vinculad con la elección del medio de difusión y con la manera de generar audiencia; 3- la participación en establecer propuestas que garanticen y mejoren la organización de los sistemas y de las Políticas de Comunicación.
C) Servicio Público: aunque todas estas definiciones y aspectos van a ir variando con los años y con cada país donde se aplican, la importancia de los servicios públicos (entendiendo como servicio público a la capacidad necesaria de interés general para toda la comunidad que es reconocido por el Estado) siempre contemplar cuatro características fundamentales y propias a destacar: 1) Indivisibilidad que se vincula con que hay que establecer a un solo prestador del servicio y no a varios asegurando de esta manera el mayor aprovechamiento del servicio; 2) La Continuidad relacionada a que al ser considerados como servicios básicos e indispensables se debe antender y prestar el servicio de forma permanente y contínua; 3) Mutabilidad vinculada a que los servicios deben adaptarse y adoptar los cambios y desarrollos tecnológicos para garantizar el mejoramiento contínuo; 4) Igualdad relacionada a que al ser un servicio universal debe ser extendido geograficamente, debe llagar a cada uno de los ciudadanos y se debe establecer los costos a precios accesibles. Para profundizar esta conceptualización de Servicio Público es conveniente decir que existen también en torno a esta cuestión dos tradiciones jurídicas de las cuales se desprenden las demás que los diferentes países toman a la hora de llevar a cabo PNC (y que en muchas ocaciones existen algo de cada una) y son: 1) La tradición francesa; 2) La tradición norteamericana. En ambas se da por sentado que es el estado el que debe establecer la regulación de las cuestiones generales de las PNC y también en ambas se contempla que es el estado el que decide en manos de quien deja la ejecución de los servicios, es decir, en manos de empresas públicas o privadas y en ambas se dan las cuatro características antes mencionadas de los servicios públicos. La gran diferencia es que en la francesa el Estado es la mano fuerte de regulación y garante primordial de que se brinden los servicios de forma eficiente. En la norteamericana el estado solo regula aspectos básicos y luego se los entrega a el sector privado, transformando a los servicios públicos en servicios de utilidad pública.
A) Acceso: tiene que ver no sólo con el acceso a los medios sino también con el grado de interacción que se pude tener con el servicio, es decir, a que halla una diversidad de opiniones para poder elegir con libertad. También el acceso se lo vincula con el campo legal de la cuestión en el sentido de bajo que condiciones quienes son los que pueden acceder o no a los servicios.
B) Participación: se relaciona con la participación que cada uno tiene con el servicio y donde el ciudadano no sea ya no sea visto solo como un objeto pasivo de los medios sino como un sujeto participante. Existen tres niveles de participación: 1- la autogestión; 2- la participación en la elaboración del mensaje, vinculad con la elección del medio de difusión y con la manera de generar audiencia; 3- la participación en establecer propuestas que garanticen y mejoren la organización de los sistemas y de las Políticas de Comunicación.
C) Servicio Público: aunque todas estas definiciones y aspectos van a ir variando con los años y con cada país donde se aplican, la importancia de los servicios públicos (entendiendo como servicio público a la capacidad necesaria de interés general para toda la comunidad que es reconocido por el Estado) siempre contemplar cuatro características fundamentales y propias a destacar: 1) Indivisibilidad que se vincula con que hay que establecer a un solo prestador del servicio y no a varios asegurando de esta manera el mayor aprovechamiento del servicio; 2) La Continuidad relacionada a que al ser considerados como servicios básicos e indispensables se debe antender y prestar el servicio de forma permanente y contínua; 3) Mutabilidad vinculada a que los servicios deben adaptarse y adoptar los cambios y desarrollos tecnológicos para garantizar el mejoramiento contínuo; 4) Igualdad relacionada a que al ser un servicio universal debe ser extendido geograficamente, debe llagar a cada uno de los ciudadanos y se debe establecer los costos a precios accesibles. Para profundizar esta conceptualización de Servicio Público es conveniente decir que existen también en torno a esta cuestión dos tradiciones jurídicas de las cuales se desprenden las demás que los diferentes países toman a la hora de llevar a cabo PNC (y que en muchas ocaciones existen algo de cada una) y son: 1) La tradición francesa; 2) La tradición norteamericana. En ambas se da por sentado que es el estado el que debe establecer la regulación de las cuestiones generales de las PNC y también en ambas se contempla que es el estado el que decide en manos de quien deja la ejecución de los servicios, es decir, en manos de empresas públicas o privadas y en ambas se dan las cuatro características antes mencionadas de los servicios públicos. La gran diferencia es que en la francesa el Estado es la mano fuerte de regulación y garante primordial de que se brinden los servicios de forma eficiente. En la norteamericana el estado solo regula aspectos básicos y luego se los entrega a el sector privado, transformando a los servicios públicos en servicios de utilidad pública.
viernes, 2 de julio de 2010
Estado diferente, Comunicación diferente
Con el tiempo como eje de cambios y procesos socio-históricos de por medio, los modelos de Estado han ido variando. Cada uno de estos modelos fueron moldeando el diseño de políticas en las comunicaciones a nivel mundial en donde cada país ha adaptado algunas políticas más que otras, surgiendo diferencias. En el Estado Liberal, la información era concebida como una mercancía más, atendiendo a los intereses económicos. Durante el Estado de Bienestar, todo lo referido a la comunicación y a otras cuestiones sociales cambia de sentido. La comunicación pasa a ser un derecho y el Estado como garante de este derecho establece el telégrafo y el correo como servicios universales pautando su desarrollo geográfico de los servicios, limitando costos y controlando a los sectores privados. Es así como se comtempla la necesidad de direccionar a la comunicación como servicio básico e indispensable y poner de manifiesto la importancia que la comunicación pasa a tener en la sociedad, estableciendo un equilibrio entre la libertad de expresión y la responsabilidad social. Con la llegada del Estado Neoliberal, nuevamente el panorama cambia y todo lo concerniente a la comunicación también. Esto se debe a que ahora el motor de la economía pasa a ser la iniciativa individual por medios de la desigualdad estableciendo al desempleo como su regulador más importante. Bajo este contexto la comunicación entra en una etapa de multiplicidad de fuentes, es decir, a un más amplio espacio con relación a su dominio, ya que se entrega exclusivamente a manos de grupos fuertemente adinerados y capitalistas. Es en esta etapa cuando se produce el pasaje de lo analógico a lo digital y a una mayor informatización de los medios de comunicación acelerando la carrera de competencia por la cual el mejor es el que más se beneficia. Donde se vende y se privatiza todo lo que esté al alcance en todos los ámbitos y la comunicación no queda ajena a esto.
jueves, 1 de julio de 2010
Comunicación y Democracia
Es preciso establecer desde el principio dos conceptualizaciones de Democracia para la mejor comprensión de este apartado. La primera conceptualización está vinculada bajo un carácter jurídico en la que la voluntad pública, mediante el voto, sirve para determinar a los representantes. Son estos mismos representantes corporizados en acciones de gobierno y los únicos en el dominio de la democracia. Pero bajo esta conceptualización uno peca al vincular a la democracia sólo con el ámbito de político y la aisla de todo ámbito social y económico. Una segunda conceptualización más acertada, a mi parecer, es vincular a la democracia con un carácter más social, donde aquí sí la voluntad popular es tomada en cuenta de forma más importante porque es la generadora de un consenso colectivo. Es bajo esta concepción que la democracia no sólo se vincula con lo político, sino también con lo económico actuando a su vez como vínculo de relación entre ambos ámbitos. Esta vinculación permite además, que las cuestiones sociales sean tomadas de forma más participativas y concideradas de importancia. Con respecto a la comunicacación se debe, y es necesario, que existan sistemas de comunicación en ambas concepciones de democracia; son los medios y los sistemas comunicacionales los que sociabilizan de forma más amplia a la sociedad. Son los medios y la comunicación los que reflejan la realidad social con mayor claridad. En el caso de la primera conceptualización, al estar la democracia dominada por el gobierno solamente, los medios y la comunicación actúan como amortiguador entre la sociedad y el gobierno, atendiendo de forma más democrática sus intereses. En el caso de la segunda conceptualización, al estar más socializada el dominio de la democracia, son los medios y la comunicación los que de alguna manera generan la permanencia de que esto sea así y los que reflejan la realidad social que acontece. De esta manera se puede afirmar que la Democratización de la Comunicación como herramienta clave para la formulación, creación y desarrollo de políticas de comunicación democráticas fomentan y cumplen muy bien su papel ya que son parte importante de los elementos que construyen y fortalecen los sistemas democráticos.
miércoles, 30 de junio de 2010
Los roles del Estado y las Comunicaciones
Históricamente, el Estado se encargaba de la reproducción ideológica y social, el mercado (la economía) era quien se encargaba de la reproducción del capital pero en los últimos tiempos esto se fue cambiando y modificando. Las cuestiones políticas que tomaba el Estado fueron en tiempos anteriores con un sólo objetivo, el de establecer un equilibrio entre los intereses económicos y los intereses sociales colectivos. Pero hoy en día, el Estado fue dando mayor importancia a crear políticas en cada uno de los aspectos de gobierno como así en el área de la comunicación, con mayor peso en los mercados. Es así como el mercado so sólo pasó a encargarse de la reproducción del capital sino también de lo ideológico y lo social. No es que la regulación estatal desapareció, sino que sus objetivos hicieron cambiar los mecanismos de regulación. Se sabe que no existiría mercado sin un Estado regulador, porque es en definitiva es el Estado quien determina y establece las normativas que favorezcan una amplia circulación mercantil. Con respecto a la comunicación: la mercantilización ha ido transformando a la comunicación en una mercancía más. Esta nueva relación entre la comunicación y lo económico contempla tres características a destacar: 1) la mercantilización de lo cultural incorpora un tipo de trabajo creativo, es un trabajo único que posee su unicidad y en el cual no se puede fijar un salario; 2) la renovación constante de los bienes culturales, ya que una vez consumidos dejan de ser novedad y por lo tanto se debe producir bienes culturales constantemente; 3) la demanda de los bienes culturales es incierta. Ante la presentación en el mercado de un bien cultural, no se conoce de ante mano como funcionará el consumo de ese bien, es decir la incertidumbre si va a ser aceptado o no. Toda producción cultural, por lo tanto es variable, incierta e inestable. Se parte de un costo fijo, de una cierta cantidad de producción pero se desconoce su futuro. Por ello, para que esto funcione en términos económicos es necesario un gran incremento del consumo. Con respecto a la desregulación en la comunicación, en realidad se debería hablar de re-regulación, ya que desregulación implicaría quitar la regulación a lo que ya está regulado. A partir d la convergencia (que es el proceso por el cual sectores que se encontraban aislados o separados se unen) y a partir de los ´80 con la llegada de la informatización y posteriormente la digitalización, sectores como las telecomunicaciones y lo audiovisual han unido cada vez más sus caminos reforzando sus lazos mediante la codificación que proporciona la digitalización, en donde todo forma parte de un mismo sistema, permitiendo entre otras cosas la máxima rapidez en el envió y en la llegada de información sin que se perjudique la calidad. Pero vale aclarar que cada ámbito de la comunicación se diferencia en la simbolización social y por ende, existen diferencias en cuanto a la regulación, contenido, mercado sentido de intercambio y finalización de ambos sectores. Pero más aún cuando a partir de los ´80 y a nivel internacional lo económico va encerrando toda posibilidad de comunicación, acaparándola para su campo. Si cada uno de los puntos claves de comercio se aplicarían a la comunicación y a toda producción cultural, el desafío que presentaría sería el de subsistir con carácter autónomo, como un campo específico y concerniente a la producción de valores simbólicos. El libre acceso de contenidos, el trato de empresas privadas y extranjera como si fueran nacionales (y que si bien en términos económicos permiten una economía fuerte entre Estados) en la comunicación destruiría toda limitación con respecto a la producción y protección de lo nacional y se perderían los incentivos que surgen de la comunicación para la industria cultural. Las empresas transnacionales de comunicación desintegrarían a las empresas nacionales y la concentración de medios en pocas manos sería cada vez mayor.
Economía Política de la Comunicación
El surgimiento de una Economía Política de la Comunicación es producto de las transformaciones que se presentan en la estructura del capitalismo y a los trastornos políticos que éstas transformaciones generan. La principal clave de la Economía Política de la Comunicación es dejar al descubierto que es, a partir de su aplicación, como empiezan a interactuar los tres niveles estructurales que por años estaban o se consideraban dispersos y aislados. Entre estos tres se contempla: lo económico, lo político y lo ideológico. La finalidad de su interacción radica en el hecho de generar un exedente (entendiendo como exedente a la capacidad del ser humano de producir más de lo que necesita y a la capacidad de acumularlo; dicho exedente en el campo informacional se considera como tal al conocimiento). Si bien los procesos sociales, al se de tipo histórico, pueden variar historicamente pero la base material (se entiende por base material al intercambio entre el hombre y la naturaleza a partir del trabajo permitiendo mediante la experiencia la generación de un exedente) se mantiene invariable. Las críticas que se le pueden hacer a estas conceptualizaciones están referidas a una inadecuada interpretación de las Teorías Marxistas, produciendo el distanciamiento de los medios de comunicación de cuestiones económicas y a que se los ha vinculado más con lo ideológico. Refutando esta mala interpretación se puede plantear que resulta imposible analizar las cuestiones ideológicas de los medios, sin analizar también las cuestiones económicas. Respecto a esto se puede agregar que desde sus comienzos los medios de comunicación han podido implementar el dominio de lo económico por sobre lo ideológico y lo político, dejando en claro que cada vez más las cuestiones económicas tienden más a potenciar el alcance y el poder de los medios.
Sobre Revolución Tecnológica
Según Manuel Castells señala que existe una "Revolución Tecnológica" de proporciones históricas y que va cambiando los marcos de la vida humana, basada fundamentalmente en dos conceptos: Tiempo y Espacio. Si bien afirma que las telecomunicaciones están cobrando y afianzando su papel de liderazgo en las principales empresas mundiales, son las nuevas tecnologías las que verdaderamente tienen una gran influencia en la sociedad en las que surgen y éstas varían de acuerdo al nivel de interacción que existe entre los procesos políticos, culturales y sociales de dichas sociedades. Toda Revolución Tecnológica siempre influye en los procesos de cambios que se llevan a cabo dentro del paradigma tecno-económico. Este paradigma es la base fundamental de los procesos de producción, consumo y gestión. Por consiguiente se centra la atención en las relaciones que se dan entre las nuevas tecnologías que surgen de las revoluciones tecnológicas y los procesos sociales (urbanos, regionales) en un contexto de transformación histórica. Este contexto se caracteriza por el surgimiento de un nuevo modo de desarrollo al cual Castells lo llama Informal y también por la restructuración del capitalismo. Reconsiderando de esta manera al capitalismo como un sistema social, al informacionalismo como un modo de desarrollo y a las nuevas tecnologías como fuertes herramientas de trabajo y, mediante el uso de las mismas, el capitalismo se restructuraliza. Aquí a la comunicación y a los medios de comunicación se los ve como vectores claves para que estas nuevas tecnologías se conozcan y sean aprovechadas. De esto se desprende un nuevo paradigma tecnológico al cual Castells llama Informacional , en el cual se distinguen dos rasgos fundamentales: en primer lugar las nuevas tecnologías están centradas en el procesamiento de la información. En este caso la información es vista como materia prima y a su vez como producto. En segundo lugar, los efectos que producen la implementación de nuevas tecnologías recaen más y en mayor medida sobre los procesos que sobre los productos. Por consiguiente se puede afirmar que la finalidad de la innovación informacional es que las nuevas tecnologías se dediquen pura y exclusivamente a procesar.
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